Este grandísimo atleta etíope es el ganador de la última edición de los Premios Principe de Asturias de los deportes. Está considerado como el mejor corredor de larga distancia de todos los tiempos y ha recibido este premio no sólo por sus grandes éxitos deportivos sino también por su “excelencia humana”, por ser un ejemplo de disciplina, capacidad de sufrimiento, fortaleza mental para superar las dificultades, humildad, y solidaridad con su pueblo. Un hombre comprometido con su país, con los jóvenes, con la educación, con el deporte y que ayuda a construir un mundo mejor. Una buena persona.
Haile Gebrselassie es, sobre todo, un gran ejemplo de superación. Él mismo dice que su mejor arma es la mente, y que de niño siempre le enseñaron a no rendirse nunca.
Nació en la provincia de Arsi, en Etiopía, y le tocó vivir una infancia en la más extrema pobreza: tenía otros nueve hermanos, lo que hacía muy difícil a sus padres, que eran granjeros, mantenerlos a todos.
Reconoce que prefería a su madre antes que a su padre, pese a ser una elección muy difícil, ya que éste le pegaba con frecuencia.
Haile tenía que correr 20 kilómetros diarios atravesando ríos, bosques, desfiladeros y carreteras para asistir a la escuela, y así todo, llegaba tarde con frecuencia, y cuando eso pasaba, su profesor le castigaba dándole golpes en las manos con una regla. De esa época conserva su peculiar estilo de correr, con el brazo izquierdo doblado para sujetar sus cuadernos. En definitiva, una infancia muy dura.
También dice que su padre no le tomó en serio hasta que un día llevó dinero a casa tras ganar una carrera en Japón. Pero sólo se convenció de que su hijo podía ganarse la vida corriendo cuando ganó su primer oro y un Mercedes, en los Mundiales de Stuttgart.
Su trayectoria deportiva impresiona: dos veces campeón olímpico de 10.000 metros, en Atlanta'96 y en Sidney'00; cuatro veces campeón del mundo al aire libre en la misma distancia y dos subcampeonatos en 5.000 y un bronce; cuatro veces campeón del mundo en pista cubierta, tres en 3.000 y una en 1.500 metros; plusmarquista mundial en maratón y veintisiete récords del mundo.. Tras anunciar su retirada, vuelve con la intención de ganar el oro olímpico en Londres 2012.
Pero, además de por este impresionante palmarés, Gebrselassie es un hombre muy respetado en su país por su preocupación por mejorar las condiciones de vida de su pueblo y forma parte de diferentes organizaciones políticas (es embajador de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo del Milenio) y no descarta presentarse a las elecciones a la presidencia del gobierno.
"siempre corrió con una permanente sonrisa las pruebas más exigentes" y que "hasta el final de su carrera ha sido un mito desafiando a su propia leyenda". "El atleta está además implicado en labores humanitarias y de mediación en los múltiples conflictos que azotan desde hace años Etiopía"Haile Gebrselassie, en un ejemplo más de su humildad, mostró su agradecimiento por el premio y declaró que «Hace muchos años que sueño con ganar este premio. Por eso, si ahora dejase de correr, me daría igual" "Para mí este premio es como ganar el Nobel".
En la ceremonia de entrega de los premios, Haile Gebrselassie lució el traje de gala de su país y saludó al público con su eterna sonrisa.
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